Los Cannelés, con unos pequeñísimos pastelitos caramelizados y crujientes por afuera y suaves y tiernos por dentro, típicos de la región de Burdeos, Francia. Su nombre deriva de los moldes que se utilizan para su preparación y tienen forma acanalada.
Para este receta es recomendable utilizar mantequilla francesa, ron oscuro y vainilla de Thaiti, la mejor del mundo (dicen algunos). Si no podéis conseguir estos ingredientes, utilizad los otros que tengáis a vuestro alcance, pero de verdad merece el esfuerzo darse un gusto y hacer las recetas con los ingredientes originales (de ser posible claro).
IMPORTANTE: recomiendo comerlos el mismo día, porque al día siguiente pierden lo crujiente y se ponen suaves, siguen estando ricos, pero ya no está presente el contraste de texturas.
Os dejo la receta que he utilizado, la he sacado de un libro de Repostería de grandes cheffs del mundo y en principio esta receta es de Pierre Hermé .
Os prometo que no son difíciles de hacer, pero seguid las instrucciones al pie de la letra.
Ingredientes para 24 Cannelés
500 ml de leche entera de vaca
1 vaina de vainilla de Tahití
50 gramos de mantequilla derretida y enfriada
250 gr de azúcar blanco
2 yemas de huevo
2 huevos
100 gr de harina de trigo tamizada dos veces
15 ml de ron oscuro, añejo de ser posible
Utensilios imprescindibles:
Moldes para Cannelés: hay básicamente 2 opciones: los moldes individuales de cobre, que cuestan una pasta y los venden de 4 en 4, o los de silicona que veden en tiendas especializadas. Yo he tenido suerte y los he encontrado en Alcampo (vivo en Madrid), que por ser una cadena francesa, los tenía y encima a 10 euros (muy buen precio teniendo en cuenta la excelente calidad que tienen, os dejo foto). Ah, y estos moldes además tienen los bordes de metal y son consistentes, los puedes coger sin tener que poner una bandeja abajo.
Preparación (necesitamos comenzar dos días antes)
Vamos a dividir la preparación por pasos para que sea más fácil.
1.- Dos días antes, hervir la leche con la vaina de vainilla abierta y las semillas raspadas. Un vez que hierva, dejar enfriar y guardar en la nevera, en un bote de cristal para que infusione hasta el día siguiente.
*Cuando compremos la vainilla, es importante que prestemos atención a si la vaina está hidratada y tiene un color oscuro y brillante. Es muy común que se queden secas por estar mucho tiempo en las estanterías. Mi consejo es que las compréis en tiendas especializadas y no en supermercados, donde suelen secarse con mucha frecuencia.
2.- Al día siguiente, retiramos la vaina de vainilla, mezclamos los huevos, las yemas y el azúcar hasta que blanqueen, agregamos la mantequilla fundida y fría, la leche fría, el ron, y de último la harina cernida dos veces.
3.- Guardamos la masa en la nevera por al menos 24 horas en un bote de cristal herméticamente cerrado.
4.- Si vamos a utilizar moldes de cobre individuales, hay que engrasarlos con mantequilla en pomada cuidadosamente con un pincel de cocina, si utilizamos moldes de silicona, no hay que hacerles nada.
5.- Sacamos la mezcla de la nevera y la batimos muy bien varias veces. Se llenan los moldes hasta que quede 1 cm más o menos de la altura.
6.- Ahora van al horno, con aire y calor arriba y abajo. Los primeros 10 minutos a 200 º C y luego 50 minutos más a 175 ºC.
Recién salidos del horno |
Básicamente, la mezcla va a comenzar a hervir y el azúcar hará un espectacular caramelizado. Cuando pase el tiempo, os daréis cuenta que están de color caramelo oscuro. Sacamos del horno, esperamos 10 minutos y desmoldamos.
Suenan como canicas, cuando caen del molde :) |
Quedan ultra crujientes por afuera y suaves y delicados por dentro.NO los dejéis para día siguiente, porque lo crujiente desaparece.
Gracias por leerme y de verdad espero que lo hagáis en casa, porque más que un dulce es toda una experiencia.
Rumiana
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